Hoy en día, sigue siendo vigente la preocupación sobre cómo implementar el discipulado en nuestras iglesias. Dicha preocupación responde a un vacío evidente en las congregaciones: inmadurez y fluctuación de la vida cristiana, servicio no comprometido y poco efectivo, liderazgos mal enfocados y débil influencia, etc.
Al margen de la definición conceptual y organización del Ministerio de Discipulado, y de la definición del contenido y metodología del curso de discipulado, el factor determinante para el éxito o fracaso de la labor discipuladora es el disponer de un liderazgo que sea respaldado de Dios y cuente con la motivación correcta, para animar y discipular a otros.
El liderazgo es la base que soportara una serie de esfuerzos que permitirán desarrollar la acción discipuladora. Su importancia está relacionada con la envergadura del trabajo, y no tanto en el protagonismo y miradas de la gente, como comúnmente se puede pensar del liderazgo congregacional.
Sin depreciar lo anterior, lo verdadera importancia del liderazgo radica en su trabajo: Hacer discípulas a las naciones (Mateo 28:19-20). Se trata de una labor comunitaria, social, de amplio espectro, que va más allá de las paredes de nuestras iglesias, que lleva a la transformación de comunidades, ciudades, naciones, y por qué no decirlo, de hasta sociedades.
Cada integrante del grupo de discipulado tiene la oportunidad de desarrollar cualidades, hábitos y disciplinas que lo distingan como un hombre y una mujer de Dios; así como de fortalecer su relación con Dios y su relación con sus semejantes. Por tanto, el discípulo es el principal candidato para integrarse al staff de líderes del ministerio de discipulado.
En este sentido, los grupos de discipulado deben ser facilitados por un líder o facilitador. Algunos requisitos que deben cumplir los lideres o facilitadores de discipulado para ser seleccionarlos:
Una vez definido los requisitos de los lideres de discipulado, presento el perfil del líder o facilitador, siendo los rasgos que deseamos formar en esta selecto grupo de servidores:
Esperamos que estas ideas te ayuden a realizar una buena elección de las personas que estarán a cargo de liderar los cursos y grupos de discipulado. Recuerda en este proceso de selección, depender nuevamente de Dios y dejarte guiar por el Espíritu Santo mediante la oración. Confiamos que Dios tendrá control en la selección de las personas responsables de discipular a otros.