Me complace compartir la exposición de un tema fundamental para el establecimiento y desarrollo de cualquier ministerio. Me refiero a la Oración, el medio de comunicación con Dios por excelencia. La Biblia nos muestra múltiples aplicaciones de la oración: en súplicas, en peticiones, en confesiones, en adoración y en tantas otras cosas que necesitamos decirle a Dios.
Una vida de oración
Personalmente, utilizo diariamente la oración para compartirle a Dios cómo me siento y cuánto lo necesito. Puedo asegurarles que procuro tener una vida de oración, tratando de mantener la conexión con el Padre Celestial. Claro está que durante el día tengo que dedicar tiempo y atención a varios compromisos y responsabilidades, pero la conexión con Dios trato de no perderla. Procuro no vivir preso de la ansiedad, aunque tengo preocupaciones, pero al decirle a Dios como me siento y cuánto necesito de Él, logro liberar mucha de esa presión y me permite enfocar mi tiempo y energías en vivir para Dios. Este ha sido mi secreto para mantener una vida de oración. Luego, vendrán la bendiciones, los milagros y maravillas que resultan de mantenerse conectado con Dios.
La Biblia en diferentes pasajes nos presenta a Jesús como un ejemplo a seguir en una vida de oración. Vemos a Jesucristo orando en momentos importantes para el desarrollo de su ministerio, como: su bautismo (Lucas 3:21), la elección de los apóstoles (Lucas 6:12-13), su transfiguración (Lucas 9:29), su padecimiento en el Getsemaní (Lucas 9:29 y Hebreos 5:7), al encomendar a sus discípulos (Juan 17:6-19) y en su crucifixión (Lucas 23:46).
La conexión de Jesús y Dios era más que evidente y efectiva. En una ocasión uno de sus discípulos le pidió que les enseñara a orar: “11 Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.” Lucas 11:1. En respuesta, Jesucristo enseño la oración denominada como el “padre nuestro” (Lucas 11:2-4).
Además, preste atención que Jesucristo no solo tenía un tiempo de oración, sino que mantenía una conexión con Dios durante su jornada ministerial. Por tanto, debemos tener el cuidado a no limitar nuestra relación con Dios a los tiempos de oración, sino que debemos tratar de mantener la comunicación con Dios en el resto del día. Esto nos debe animar a cultivar una vida de oración con Dios.
La Biblia presenta muchas otras enseñanzas de oración por parte de Jesucristo: orar y velar para no entrar en tentación (Marcos 14:38); orar en unidad con otros hermanos y hermanas por peticiones específicas (Mateo 18:19); orar y bendecir a nuestros enemigos (Mateo 5:44 y Lucas 6:28); orar por obreros para recoger la mies (Lucas 10:2); y orar con seguridad (Marcos 11:24), entre otras enseñanzas. Incluso, Jesucristo nos enseñó que debemos pedir en su nombre (Juan 14:13), con lo cual irrumpió con el método establecido y se hizo presente en la comunicación con Dios. Hoy en día todos los cristianos debemos tener presentes las enseñanzas de Jesucristo para tener una vida de oración.
De todas estas enseñanzas y momentos claves del ministerio de Jesucristo, deseo en esta oportunidad que le prestemos atención a dos oraciones que tuvo con Dios para llamar y para encomendar a sus discípulos.
Un ejemplo de oración
La Biblia nos enseña que Jesucristo fue un ejemplo de oración. Los Evangelios registran diferentes pasajes donde vemos los momentos en que Jesucristo dedicaba a la oración:
Al analizarlos podemos ver que Jesucristo asignaba un tiempo importante, siendo la primera actividad del día (al amanecer) o incluso luego de una larga jornada de trabajo (al anochecer); en un lugar a solas, donde podía tener la mayor intimidad con Dios (aposento, lugar solitario); y en un lugar retirado, donde podía tener la privacidad (un monte lejos de la multitud). De estos puntos, preste atención que no basta asignar un tiempo, sino tenemos la intimidad y la privacidad para estar con Dios. Solo así usted podrá escuchar a Dios y usted llegará a reconocer la voz de Dios en su vida.
No hay duda de que la oración fue clave para que Jesucristo recibiera la dirección, fortaleza y determinación de Dios para cumplir su ministerio en esta tierra.
La oración para escoger y llamar a los discípulos
El evangelio de Lucas 6:12-16, nos brinda ciertos detalles de la oración que hizo Jesucristo para llamar a sus discípulos. Note que el texto bíblico también les asigna el cargo o denominación de apóstoles, lo cual indica la importante misión a la que fueron llamados:
Note que la forma de orar de Jesucristo para escoger y llamar a sus discípulos es coherente con su ejemplo de oración. Como podrá ver, no existen fórmulas mágicas ni atajos espirituales para recibir la dirección, fortaleza y determinación de Dios, todo es por medio de la oración.
Tome una decisión
Si Jesucristo, siendo el hijo de Dios, tenía presente mantener una vida de oración, cuanto más lo necesitamos nosotros. Así que deseo que tome un tiempo y decida:
Este es el momento de definir: un tiempo y un lugar para orar diariamente:
Cierro este artículo diciendo que: No dudo en afirmar que las enseñanzas de Jesucristo en el tema de la oración han sido tan impactantes por su ejemplo y por su efectividad. El texto bíblico lo demuestra y después de más de dos mil años, todos aquellos que lo seguimos podemos dar testimonio vivo que son ciertos. Le animo a tener una vida de oración y a ser un ejemplo para los demás.